Este libro se hizo por primera vez en 1977. Acababa de morir el dictador Franco y el país iniciaba un camino de cambios democráticos del que podemos decir que no llevamos recorrido más que un pequeño trecho, y por el que es preciso seguir avanzando.
Si viviéramos en una dictadura seguramente no sería posible un libro como este, que quizá leamos con una sonrisa. Sin embargo, no hay que confiarse: la dictadura sigue siendo hoy una forma de gobierno presente en muchos países, mientras que otros, que se dicen democráticos, reproducen sin sonrojo muchas características de los gobiernos totalitarios: existe un alto nivel de corrupción, no se respetan los derechos humanos, las leyes se hacen de espaldas a los ciudadanos y los que mandan no dan nunca las suficientes explicaciones.